Al día siguiente


Después de un rato, ella finalmente logró que él volviera a la cama. Al día siguiente, James llamó para confirmar a qué hora podría venir el técnico. No tardó mucho en aparecer, y la pareja finalmente pudo respirar aliviada. Ambos sentían que finalmente podrían llegar al fondo del misterioso hedor, y esperaban poder disfrutar de su nuevo hogar.

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Con las herramientas adecuadas, no tardaron en abrir el respiradero. En este punto, estaba en peores condiciones que antes, gracias a los intentos de James de abrirlo a la fuerza, cortarlo y demás.

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