Comportamiento errático


La calma que mi marido solía tener se ha desmoronado por completo. Sus mensajes de texto oscilan entre arrebatos emocionales y disculpas desesperadas. Un minuto está suplicando perdón, al siguiente está gritando a través de palabras escritas. “¡Lo estás arruinando todo!”, escribe, seguido rápidamente de, “Por favor, hablemos”. El hombre que solía controlar cada situación ahora se tambalea de pánico. Su inestabilidad emocional se hace más evidente cada día.

Verlo desmoronarse desde la distancia es surrealista. Durante años interpretó el papel del marido sereno y ecuánime. Ahora, cada mensaje errático muestra cuánto control ha perdido realmente. Las mentiras se le están viniendo encima, y se está agarrando a un clavo ardiendo para mantener la fachada intacta. Pero es demasiado tarde. Mi compasión se ha desvanecido, reemplazada por la concentración. Su desmoronamiento no es solo una prueba de culpabilidad, es la confirmación final que necesitábamos.

Advertisements
Advertisements