Demasiado cerca para ser una coincidencia
Lo que más me golpea es la ubicación. Reconozco la dirección de inmediato: está inquietantemente cerca de donde dijo que tendría lugar su “viaje de negocios”. La coincidencia es demasiado perfecta para ignorarla. Cojo mi teléfono y compruebo el itinerario que una vez mencionó de pasada. Coincide casi exactamente. De repente, el rompecabezas empieza a resolverse ante mí.
Esta propiedad inmobiliaria no es solo una inversión, es parte de su escape secreto. Un refugio privado. Posiblemente incluso un espacio compartido con otra persona. La comprensión es como un puñetazo en el estómago. Cada mentira que me dijo comienza a desmoronarse a la sombra de esta única dirección. Ya no es una cuestión de si me traicionó, ahora se trata de cuán profunda es la traición.
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