Preguntando por ahí
La creciente desesperación me lleva a contactar a sus colegas. Finjo ser la esposa preocupada, con la voz lo suficientemente temblorosa como para sonar genuina. “Oye, no he sabido nada de él en días. ¿Ha estado por aquí?” pregunto, rezando para que no se den cuenta de mis verdaderas intenciones. La mayoría ofrece respuestas amables pero vagas, sin saber ellos mismos qué está pasando.
Entonces, un colega menciona casualmente que se tomó una licencia inesperada, sin detalles, sin contexto. Me impacta como un rayo. ¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué ni siquiera mintió al respecto? Ese comentario despreocupado me parece más sospechoso que una mentira descarada. Algo no cuadra, y ahora estoy más segura que nunca de que está ocultando algo más profundo.
Advertisements
Advertisements