La marioneta del Jinete sin Cabeza
En la década de 1950, las compañías de juguetes pensaron que una marioneta de un jinete fantasma decapitado era una idea fantástica para los niños. La marioneta del Jinete sin Cabeza venía con una cabeza desmontable con resorte y ojos rojos brillantes. Las cuerdas a menudo se enredaban, causando que el juguete se moviera torpemente e impredeciblemente hacia quien lo sostenía.
Los niños se sobresaltaban frecuentemente por su movimiento brusco, como de zombi, y a muchos les resultaba profundamente inquietante. Los padres informaron más gritos que risas, y la marioneta fue silenciosamente retirada del mercado. Ahora sobrevive en los mercados de coleccionistas como un recordatorio espeluznante de cuando las marionetas con temas de terror se consideraban “aptas para niños”.