Proyector de Casa Embrujada
Comercializado en la década de 1960, este juguete permitía a los niños proyectar imágenes de casas embrujadas en las paredes utilizando diapositivas y una bombilla. ¿El problema? Muchas de las diapositivas presentaban escenas aterradoras: fantasmas decapitados, retratos goteando sangre y bandas sonoras espeluznantes cuando se combinaban con un reproductor de discos.
Los padres se quejaron de que sus hijos tenían pesadillas después de usar el proyector, y algunos se negaban a dormir en la misma habitación después. Lo que se suponía que era diversión espeluznante se convirtió en sesiones de terror nocturnas. Puede haber inspirado a futuros aficionados al terror, pero para la mayoría de los niños, fue una introducción temprana a fobias de por vida a los payasos y fantasmas.