El mundo de las películas de terror
Cuando por fin se abrió el conducto de ventilación y el técnico de reparaciones iluminó el interior, todos se quedaron sin palabras. Dentro había frascos de todos los tamaños, y en su interior lo que parecían huesos y órganos. Afortunadamente, nada que pareciera humano. En cambio, eran cuerpos y órganos de animales que no se sabe cuánto tiempo llevaban metidos en los tarros. Y de nuevo aquel olor, pero esta vez sabían de dónde venía.
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La pareja, como es natural, quedó horrorizada por el hallazgo, pero el técnico les tranquilizó diciéndoles que no era una escena tan espeluznante y extraña como pensaron en un principio.
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