Un Sonido Familiar

Y entonces le dio cuenta. Ese sonido —esos pasos— no eran unos pasos cualquiera. Le resultaban familiares.

Las dos personas en la habitación comenzaron a hablar. Una de las voces la paralizó. Era alguien a quien creía que nunca volvería a escuchar. Su cerebro intentó darle sentido, pero sus emociones se desataron con conmoción, traición e incredulidad.

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