Preparándose


Sé que no puedo echarme atrás ahora; se ha descubierto demasiado como para fingir que las cosas pueden volver a la normalidad. Con Lisa a mi lado, empiezo a recopilarlo todo: los mensajes, las ubicaciones, las capturas de pantalla y los nombres. Todo va en un documento bien organizado, una línea de tiempo de traición que nunca pedí crear. Cada detalle se siente como un clavo en el ataúd de nuestro matrimonio.

Lisa se mantiene lúcida y organizada, ayudándome a desglosar el peso emocional en pasos manejables. “Necesitamos ir un paso adelante”, me recuerda, mientras planeamos la confrontación. Esto ya no es solo cuestión de emociones; ahora es estrategia. Cada paso se siente más pesado que el anterior, pero la necesidad de cerrar el ciclo me impulsa. No solo me enfrento a un marido, me enfrento a una mentira en la que viví durante años.

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