Hierbas quemadas y vino para lavarse los dientes

En la época victoriana, la higiene dental dejaba mucho que desear. Se cepillaban los dientes con hierbas quemadas como el romero, y luego se enjuagaban con vino o vinagre. En algunos casos, incluso se utilizaba orina. No es de extrañar, por tanto, que el mal aliento fuera algo común.

A pesar de que estos métodos podían tener un efecto parcial, estaban muy lejos de reemplazar una verdadera pasta de dientes. Uno se imagina las conversaciones… a menos que uno se tape la nariz.

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