Defendiendo la puerta

Las cosas se intensificaron cuando Max empezó a gruñir a la puerta principal, incluso cuando no había nadie. Una tarde, mientras Emily picaba verduras para la cena, Max se levantó de un salto y se puso en posición delante de la puerta, gruñendo bajo y constante.

John se apresuró a comprobar, pero no vio nada fuera de lugar. “¿Qué es ahora?” murmuró, frotándose la frente. La tensión se hacía cada vez más pesada.

Max no solo se estaba comportando de forma extraña, sino que actuaba como si hubiera un peligro real cerca.

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