Un lazo leal
Desde el momento en que Emily rescató a Max, los dos fueron casi inseparables. Ese primer viaje a casa selló su vínculo, y desde entonces, Max nunca se alejó de su lado.
Ya sea que Emily estuviera plantando flores en el jardín o viendo sus programas favoritos en el sofá, Max siempre estaba cerca, su leal guardián. Pero recientemente, su cercanía comenzó a sentirse menos como compañía y más como vigilancia constante.
Su necesidad de estar cerca de ella cada segundo había pasado de reconfortante a inquietante, y Emily comenzó a sentir la tensión que esto ponía en su hogar, usualmente tranquilo.
Advertisements
Advertisements