La realidad de la maternidad
Ahora que Jackie estaba en casa a tiempo completo, dedicaba casi toda su energía a los niños. Sus días estaban repletos de interminables tareas: preparar comidas, lavar ropa y cuidar constantemente a su bebé. Era agotador, y esta cena se suponía que era un respiro de todo eso.
Sabía que su marido era atractivo; siempre lo había sabido. Pero esta noche le había recordado cuántos ojos estaban puestos en él. Mientras miraba alrededor del restaurante, se dio cuenta de que habían estado recibiendo miradas toda la noche, y no pudo evitar preguntarse si había algo más detrás de esas miradas.
Advertisements
Advertisements