Mujer Encantadora


Sintiendo su incomodidad, Tom le entregó la nota a Jackie sin decir una palabra. Ella la tomó, medio temerosa de lo que estaba a punto de leer. Pero a medida que sus ojos recorrían el mensaje, su rostro se fue suavizando lentamente. Las lágrimas rodaron por sus mejillas, no de tristeza, sino de sorpresa y alivio.

Ella buscó la mano de Tom y le dio un apretón. Su corazón estaba lleno. Resultó que la nota no era para nada coqueta, sino algo inesperadamente conmovedor. Jackie se dio cuenta de que había juzgado mal todo, y en ese momento, toda la tensión dentro de ella comenzó a disiparse.

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