Un Rostro Amable


La mujer no solo era amable, sino que se desenvolvía con calma y gracia a pesar del ajetreo del restaurante. Su lápiz labial seguía intacto, y su tierna sonrisa no había desaparecido durante su turno. Tenía esa calidez maternal, el tipo de energía que hacía que la gente se sintiera segura.

Jackie no pudo evitar preguntarse sobre ella. Quizás ella también había criado hijos. Quizás por eso notó lo que nadie más hizo. Jackie, quien usualmente nunca olvidaba nada, había dejado olvidada la bolsa de lactancia de su bebé, un error que insinuaba lo realmente agotada que estaba.

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