Lágrimas que no esperaba
Jackie recogió la nota, y las palabras en ese diminuto trozo de papel la golpearon más fuerte de lo que esperaba. No era para nada lo que había pensado. Se le hizo un nudo en la garganta y le ardieron las mejillas mientras una emoción inesperada la invadía. La habitación se sintió más silenciosa, y ella se quedó paralizada mientras sus ojos comenzaban a humedecerse.
Parpadeó varias veces, tratando de enfocar su vista, pero las lágrimas brotaron más rápido de lo que podía detenerlas. La nota no era cruel ni coqueta; era algo mucho más profundo, algo que nunca imaginó que vendría de un desconocido en una pizzería.
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