Escapadas Nocturnas


El comportamiento sigiloso de Emily se intensificó cuando empezó a recibir llamadas telefónicas a altas horas de la noche. Mark la oía hablar en voz baja, paseando de un lado a otro antes de escabullirse discretamente. Sus ausencias no tenían explicación, sus destinos eran vagos. Él anotaba la hora, cada minuto se alargaba dolorosamente mientras él se quedaba solo preguntándose a dónde había ido ella.

Una tarde, incapaz de contener más su ansiedad, Mark decidió seguirla una vez más. Ella condujo a una parte desconocida de la ciudad, lejos de cualquier lugar donde hubieran estado juntos antes. Mientras Mark la seguía a una distancia segura, la inquietud se posó sobre él como un peso. Cuanto más lejos conducía ella, más temía la verdad que pronto podría descubrir.

Advertisements
Advertisements