Atormentado por la Duda


Mientras Emily caminaba a casa, Mark mantuvo su distancia y la siguió en silencio. Cada paso que daba parecía resonar con verdades tácitas. Se movía como alguien que carga un peso, y Mark podía sentir ese peso asentándose en su propio pecho. Ya no solo sentía curiosidad, estaba preocupado. ¿Qué podría ser tan grave como para que ella actuara de esa manera?

Cuando llegaron a casa, Emily entró, su rostro ilegible. Mark se quedó afuera, mirando la puerta, dudando. La reunión en el parque se repetía una y otra vez en su mente. No podía ignorar el pavor que se acumulaba dentro de él. Algo no estaba bien, y sabía que tenía que investigar más a fondo antes de que fuera demasiado tarde.

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