Basta de Instagram
Las gaviotas han evolucionado. Nos han estudiado. Y han descubierto que el momento en que sacas el móvil para hacer una foto con el hashtag #brunchplayero es cuando estás más vulnerable.
Mientras los influencers buscan el ángulo perfecto, estos comensales alados se abalanzan sin piedad. En un momento estás ajustando el ángulo y, al siguiente, el cruasán ha desaparecido. A la naturaleza le da igual el filtro.
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