¡Oh, no!
La agilidad de los monos puede ser fascinante; sus movimientos rápidos y su hábil maniobra en su hábitat natural atraen las miradas de los turistas. Pero esta admiración puede convertirse rápidamente en precaución, porque los monos no solo son juguetones, sino que también pueden ser agresivos. Aunque la señora de la foto visiblemente se divierte mientras interactúa con los monos, en realidad está a un movimiento en falso de una posible lesión. Un rasguño o mordisco de un mono que posiblemente podría transmitir la rabia, ciertamente no es un recuerdo que uno querría llevarse de una excursión.
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