La tensión mental de los niños
Por fuera, los niños parecían aguantar. Pero en el fondo, el desgaste emocional era cada vez más pesado. A tan corta edad, ya habían soportado un divorcio, vidas familiares inestables, vergüenza pública y la traición de la confianza.
Ambos padres, ahora consumidos por sus propias luchas, eran menos capaces de apoyar emocionalmente a sus hijos. La presión seguía aumentando, y crecía la preocupación por cuánto más podrían soportar los niños. ¿Todavía había una oportunidad para la paz y la curación?
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