6. El Piano de la Muela
En la Francia de la década de 1890, un dentista que también era pianista inventó un artilugio peculiar: un pequeño teclado que los pacientes podían tocar mientras recibían atención dental. Estaba destinado a “distraer del dolor”. Los pacientes rasgueaban melodías tristes y temblorosas en medio de un tratamiento de conducto, asumiendo que no babeaban demasiado como para presionar una tecla.
La idea fracasó rápidamente. La mayoría de la gente estaba demasiado aterrorizada para componer algo más que ruido frenético, y los dentistas se quejaban de que las melodías dificultaban la concentración. Una crítica incluso lo llamó “Mozart se encuentra con la tortura medieval”. Como era de esperar, el invento no tuvo éxito. Aun así, sigue siendo una de las mezclas más extrañas de música y medicina jamás creadas.