13. El caballo mecánico para los “cowboys” urbanos

En la década de 1930, a los urbanitas que anhelaban un estilo de vida “western” pero temían al estiércol se les ofreció el “Mechano-Horse”. Era una silla motorizada sobre un resorte gigante que te hacía rebotar por el salón como un bronco salvaje. ¿Yee-haw?

Los anuncios afirmaban que mejoraba el equilibrio y “fortalecía la columna vertebral”. En la práctica, principalmente causaba contusiones en el coxis y destrozaba muebles. Era imposible de manejar y no tenía control de velocidad. Si tus antepasados querían sentir la emoción del “cowboy” sin salir de casa, este era su rodeo, y el sueño de su quiropráctico.

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