Echa sal por el desagüe para desatascar el fregadero durante la noche
Olvídate de los costosos desatascadores de tuberías que huelen a arrepentimiento y guerra química. Todo lo que necesitas es sal, bicarbonato de sodio y un poco de fe. Mezcla media taza de sal con una taza de bicarbonato de sodio, viértelo por tu triste y lento desagüe, y luego… vete a la cama. Así es, este es el sueño del fontanero perezoso.
Por la mañana, enjuágalo todo con agua caliente y mira si la magia funcionó. Sin desatascadores de ventosa, sin tutoriales de YouTube y sin llamadas incómodas a un fontanero llamado Gary. Si el fregadero sigue atascado, repite el ritual. Si no, considérate un susurrador de fregaderos certificado.
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