Voluntad Quebrada
Con manos temblorosas, Elara rasgó la nota por la mitad. Los pedazos cayeron al suelo como cenizas.
“No dejaré que me rompa”, murmuró, más para sí misma que para nadie más.
Este era el momento de ser fuerte. Su lucha ya no era solo contra la enfermedad, sino por su futuro. Poco a poco, reconstruiría su vida. Y Caden se arrepentiría de todo lo que había hecho.
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