Luchando con la Nueva Normalidad
La vida dentro de casa se convirtió en una mezcla borrosa de pañales sucios, horarios de alimentación irregulares y agotamiento. Donde antes reinaba la calma, ahora imperaba el caos. La madre se movía por los días como una sombra de sí misma, agotada y privada de sueño.
El padre se encontró equilibrando frenéticamente las tareas de oficina con las tomas de biberón de medianoche. Su hijo, antes alegre y constante, se había vuelto callado y retraído. La estructura en la que una vez confiaron se había derrumbado, y con ella, el sentido de control del padre.
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