Samuel L. Jackson

Aquí está Samuel L. Jackson allá por 1994, y honestamente, se ve casi idéntico a como se ve hoy. Es como si el tiempo simplemente decidiera pasarlo por alto. Con su imponente presencia, mirada penetrante y carisma eterno, Jackson ha desafiado durante mucho tiempo las reglas habituales del envejecimiento. Ya sea que esté vestido para un drama de los 90 o encabezando un éxito de taquilla hoy en día, su energía y estilo se han mantenido sorprendentemente consistentes. Pocos actores logran ese tipo de atractivo atemporal, pero Jackson hace que parezca sin esfuerzo.

Solo dos años después, en 1996, Jackson continuó evolucionando y sentó las bases para una apariencia que se volvería legendaria. Avancemos un poco, y vemos los primeros indicios del Nick Fury que conocemos hoy. Con su mirada característica y su aplomo genial, está claro que nació para el papel. Desde joyas independientes hasta sagas de superhéroes, la apariencia de Jackson puede cambiar sutilmente, pero ¿esa presencia icónica? Ha estado bloqueada durante décadas.

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