Ed Harris
En las primeras etapas de su carrera, Ed Harris lucía un aspecto inconfundiblemente arraigado en la década de 1980: algo de pelo en la parte superior, pero más largo y abundante en los lados. Era un estilo que, aunque poco convencional para los estándares actuales, encajaba perfectamente con las normas de aseo relajadas de la época. La cobertura parcial en la parte superior le daba una calidad robusta y de hombre común que funcionaba bien para los papeles serios, a menudo intensos, hacia los que gravitaba. Era un aspecto que mostraba personalidad y hacía que Harris destacara entre sus compañeros de aspecto más pulcro.
A medida que pasaba el tiempo y su cabello comenzó a adelgazarse aún más, Harris optó por no luchar contra lo inevitable. En lugar de intentar disimular su pérdida de cabello, se apoyó en ella, adoptando un estilo medio calvo característico que se convertiría en uno de sus rasgos más definitorios. La decisión se sumó a su seriedad en la pantalla, proyectando una especie de fuerza tranquila y autenticidad. En lugar de perseguir la juventud, Harris permitió que su aspecto natural evolucionara con él, demostrando que la confianza y el carácter importan mucho más que una cabellera abundante.